viernes, 29 de abril de 2016

Es un gigante es un enano




Se pone una vez mas el sol en el mundo de mi mundo, en el que el sol ya alcanzó el cénit  y también se pone, muchas por no decir todas las tareas están incompletas, planes y esperanzas de un mejor mañana que es un hoy desesperanzado, se agotan una a una las posibilidades conforme el paso del tiempo implacable, me mira preso tras cintas de papel que no puedo romper.
Castigo autoimpuesto, en mi celda cada día es el mismo, las mismas dudas, los mismos miedos, perdiendo el tiempo valioso que se escurre inexorable  como arena entre mis manos.

La diosa fortuna me observa de lejos y es quién mas lamenta mis desaciertos, llamado estaba a cosas grandes, esas que desesperan todas en un limbo lejano, tal vez mañana despierte decidido a todo y de una vez por todas concluya lo pendiente, queme en gran pira las memorias tristes del pasado para que de las cenizas renazcan verdes promesas de un extraordinario futuro, echen buena raíz, y los frutos seas cosechados por mis manos todavía vigorosas.

El sol en la espalda proyecta sombras que se alargan, cuesta arriba siempre, sudor y sed, sed y sudor, la mediocridad tiene un lado tan sutil que permite extraordinario camuflaje, pues todos los días las miradas indiferentes de la gente lo confirman, te permite días y años sin exigirte menos pedirte nada, y bajo su cobijo se olvidan pronto los grandes sueños y sus infinitas posibilidades. 

Luego a ratos más lúcido es como estar en una pesadilla muy vívida y ser un gigante que de pronto se disfraza de enano y es comparsa de diabólico espectáculo y además estar feliz con ello.

El sol amanece una vez más en el mundo de mi mundo, en el que  se proyecta esplendoroso sobre el último día de otro  incierto abril, abrir los ojos repetir la rutina, cada día distinto y el mismo a la vez, o bien, romper con todo, dar la vuelta y buscar mi dorado camino, echar a andar con el corazón ardiente por todo equipaje.

Bibián Reyes
Abril del 2016

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