viernes, 26 de diciembre de 2014

Babel ahora







Intenso ruido blanco, amable, amigable, contenedor de todo lo que me digas o quieras decir con razón, o sin razón, el alcohol fluye  deliciosamente a través del hígado, afectando mi motricidad pero arrancando de las paredes de mi conciencia las pancartas de “se busca” a sentimientos desaparecidos u olvidados, un clima húmedo se ha estacionado en mis ojos, pertinaz lluvia que descarga sin cesar tremendos cumulonimbos creados sobre aguas cálidas de un mar bravío, donde he botado con ilusión breves barquitos de papel.


EL dolor madura mis frutos, añeja mis vinos, pone a punto mis trigales,  es tiempo cambiar de pies y no de zapatos, de ideas y no de ideales, de arreos y no de nave.


Atacar la cima del alma por su cara más agreste, más escarpada, más difícil: la verdad.


 La soledad a esas alturas permite ver  el mundo interno inconmensurable infinito, despojarse en el ascenso de breves y deliciosos dulces de ego que al rodar generan tremendas bolas de nieve, arrollando, arrollándote a su paso.


Mírenlo partir, agiten la mano, despídanlo en la puerta, sonrían al que se marcha, que no volverá el mismo que se va, que no volverá el mismo, que no volverá.


Atiende por favor estas simples recomendaciones:

¡Por favor no pasees por mi tianguis atiborrado de ladrones y  estafadores!


 ¡Que no te enganchen los merolicos de mis plazas públicas ni te conmuevan los mendigos que plagan sus jardines!


¡Evita sucumbir a los manjares que en los puestos se ofrecen!


¡No hagas caso a marquesinas, no a ofertas, no a gangas!


¡Los sacerdotes de los templos ofician misas siniestras!


¡Los niños que pasean no tienen ojos, las madres no tiene bocas los padres no poseen oídos y los ancianos, esos solo son de utilería!


¡El sol es un foco, las nubes humo de cigarro, el azul del cielo solo es acuarela barata!


Pero nada temas, a esto nada te dañe, ni hagas penas de los lisiados, ni te acongojen los facinerosos.

¡No hagas tuyas las causas, ni tomes partido en las revueltas!


Tú inmaculada de nuevo, vuelve dentro, báñate en las alegrías de tus memorias felices, cuando el coloso de papel mache era solo un enano.


Un hoy hermoso que se repita invariable cada vez, hasta que en el libro sagrado de nuestras vidas, se rescriban los evangelios, Abel mate la envidia de Caín, en Sodoma llueva ambrosía, y nuestro lenguaje original telepático no sea confundido como en esta Babel ahora.





Bibián Reyes diciembre del 14.


No hay comentarios:

Publicar un comentario