domingo, 14 de octubre de 2018

PAREIDOLIA EN EL PUNTO CIEGO



                               

Desfile y gala, ¡prepárate! Decora un poco ese corazón frio, un poco de perfume en las venas y algo de alcohol en las cienes,  marcha así desprevenida, rodeada de animados maniquíes, al paso en cordiales saludos a la derecha con la turba, que por la izquierda va la comparsa de febriles abrazos buscándote afanosos, brazos abiertos que caminan resbalando y cayendo, provocan atraso de las comitivas que se cubren la boca para no exclamar al unísono los sonidos de las onomatopeyas que no he de escribir hoy.

 Y en el escote mis secretos te tocan toda con manos y fluidos.

 Y en la cintura bien ceñida con encaje, bajo algodón y poliéster en una mezcla cincuenta  por cincuenta vaya y venga mi mareo necesitado.

 El prodigio de tu sonrisa a córnea viva las marca cual hierro al ganado, desventurada musa, vocales y consonantes desesperan sentadas en la banqueta, olvidarán su sonido de tanto esperarte, un perro tal vez confunda la i latina y la mordisquee un rato, para luego de orinarla abandone la escena del crimen de tu ausencia, ¿quién se atrevió a lanzar confeti?

Más de un ofuscado intentó callarlas, pero  las plañideras a lo suyo, el bromista se ahogó al rato y murió de risa justificando el pago al dispar contingente.

¿Qué es lo que se escucha? clack clack ¿son tacones en las baldosas?,
 clack clack  ¿ahora sobre el puente?
clack clack  ¡comamos hamburguesa!
 clack clack ¡se anuncia mi pasión y muerte!

 ¿Terminó tu carnaval? te espero en mi brutal desierto, tras cuarenta días y cuarenta noches el diablo aún no me convence, ¿por qué no vienes y le ayudas?

Duermo cada noche con la paz de quien nada tiene, nada debe y nada espera y cuando el sol pasa sobre mi cabeza le guiño el ojo a la fuerza, nunca he podido sostenerle la mirada.

El campo minado que me circunda se extiende lejos, mucho, hasta mar adentro y cuando una sirena distraída estalla, corro a la playa a suplicar por su  alma.

Cada tarde al ocultarse el sol, camino al encuentro del ocaso ¡ja! mi sombra escapa  en dirección contraria, vaya  ¡conoce la tendencia!

¡No sois vos Galaor, menos tú adorado Amadís! ¡El filo de sus aceros os libre de malsanas traiciones y la nobleza de sus corceles de  grises conjuras! Por el momento en apolillados  tomos luchen, ¿ganan? Que colme su espíritu una oda ¿pierden? conforten el alma en una balada.
¡Ahora escuchadme con sumo esmero amados Héroes! Sin dolo ni congoja apartaros ahora de mi senda ¿no veis he sucumbido al oscuro ardid de la hechicera?

Os imploro, no permitid timo o plagio, solo luchen y luchen, ¡peleen, caigan y levántense! una,  otra, y otra vez, de mi sangre que no he de fallarles, ¡volveré otra vez  infante  y marcharemos juntos al través de las mejores páginas!

Un Héroe en destino nunca pierde, pero por dios ¡nunca tampoco gana!

¡Por necesidad marqué el curso  de esta trágica comedia,  Bendecido y a la vez maldito, cual árbol sin raíz que no se seca, caeré siempre en su honor el último, a los pies de la  gélida valquiria!