Asomó
un día de nuevo a la luz de este mundo de manera casual, unas manos infantiles
que en el descanso después de la comida familiar jugueteaban sobre el césped, lo desenterraron parcialmente, pero así se quedó desde ese día hasta la temporada de lluvias, pues apenas
asomó parte de su gran tocado y un hombro, afortunadamente como dije, la lluvia
hizo poco a poco el resto, primero le descubrió el total de la cabeza, y como a
la semana ya asomaba la mitad del cuerpo, y aunque no era muy grande, tenía el
suficiente tamaño para llamar la atención por lo menos desde unos diez o doce
metros de distancia.
Así
fue como lo pudo distinguir la practicante que esa mañana se apartó del equipo
de arqueología que reconocía el sitio
programado para ser excavado en uno o dos años, pues el presupuesto que
asigna el gobierno siempre es poco y no alcanza para que se pueda avanzar a la velocidad que desearían
los tenaces investigadores, a pesar de las limitaciones, su entusiasmo y pasión
por desenterrar los vestigios del glorioso pasado de la ciudad de los dioses en
este caso, no decaía casi nunca, y habiendo tanto terreno donde excavar era
apremiante montar varios campamentos, cabe destacar que han sido no años si no
décadas las que han pasado para armar el colosal rompecabezas que vestigio a
vestigio a poco va dando forma a las costumbres y usos de los habitantes de tan
prodigiosa ciudad, de la que pocos o ningún registro histórico concluyente a la
fecha se tiene , pues cuando las tribus Nahuas llegaron al centro de este país
la cuidad ya había colapsado.
Así,
Lucy encontró sin querer como en la mayoría de los casos, una pieza
arqueológica que puso en jaque a toda la comunidad científica. Tanto a
arqueólogos como antropólogos, así como geólogos y físicos, pues el origen de
tal hallazgo no correspondía con el estilo, ni con la apariencia que indicara
origen teotihuacano, ni tolteca, ni nahua, tampoco provenía de Oaxaca o
Veracruz, se tuvo que echar mano de catálogos con ejemplares de otras culturas
tan alejadas como la inca o egipcia, pero tampoco hubo coincidencias con el
hallazgo.
La institución encargada del resguardo del
sitio trató de mantener en secreto el
hallazgo pues ni es el único que pone patas arriba la historia aceptada y
contada de las culturas mesoamericanas, mas bien podría afirmar que las bodegas
y casas de resguardo del Instituto Nacional de Antropología e Historia están
atiborradas de piezas de tal naturaleza, que si bien representan hallazgos
notables, no se pueden exhibir pues contradicen a libros y conclusiones; ¿como
podría un humano perfectamente esculpido en piedra volcánica aparecer peleando
con una especie extinta en el pleistoceno? ¿O como un tipo de avión llevar un
tripulante perfectamente detallado? De esa naturaleza existen piezas lejos del
alcance de la vista y de explicaciones sensatas.
Pero
en esta ocasión no pudo ser omitido de la opinión pública ya que la misma
descubridora se encargó, antes de reportarlo con el Arqueólogo, de difundir las
imágenes a través de su móvil a toda su comunidad de amistades agregadas a sus
contactos.
La
noticia dio la vuelta al mundo e impactó sobre todo a foros sensacionalistas
como a sociedades científicas serias, la pieza de treinta y tres centímetros de
alto y once de ancho por seis punto cinco de profundo, era mucho mas pesada de
lo que debería, al principio todos pensaron que era de obsidiana perfectamente
pulida y conservada gracias al terreno donde se hallaba, pero luego notaron que
aunque el negro brillante se asemejaba a la piedra volcánica en realidad no era
de tal naturaleza, y que el peso no era correspondiente a su talla ni densidad
de esta.
Varios
expertos se atrevieron a dar algunos puntos de vista al respecto, especularon
sobre que deidad representaba y que uso tenía en alguna ceremonia o culto que
se le rendía a tal figura, pero luego de ser tan contradictorias y faltas de
sostén decidieron guardar silencio hasta realizar una mejor investigación y tener
bases mas sólidas para detallar algo y que sonara convincente, pero por el
contrario, mientras mas intentaban indagar mas confuso se volvía todo, a nada se asemejaba, ni parecía tener
relación con culturas del pasado, ni de la época que se presumía que podría
haber datado por la zona donde se halló, ni a las culturas que habitaron la
zona a lo largo de todo el periodo anterior a la conquista y ocupación de
América por las culturas europeas.
Luego
no se pudo establecer relación ni en calendario ni en parecido con civilización
que hubiera existido en el mundo conocido, los estudios que se realizaron al
material tampoco establecieron el origen de su naturaleza en el que había sido
perfectamente labrada y pulida semejante imagen, de tal modo que lucía como si
estuviera recién terminada, entonces prácticamente se dieron por vencidos al
tratar de explicarlo y con un resignado, “lo dejaremos para mas adelante,
cuando ahondemos en las investigaciones en el lugar del hallazgo para poder dar
mas detalles de su procedencia y relación con la zona”.
Y
así de la manera más incómoda, fue a ocupar un sitio en la exposición reciente
en las vitrinas del museo local, que lo presentaba tan solo con un numero de
registro sin dar mas detalle de nada, pues tras diez meses de estudio en
diversas y reconocidas universidades e institutos, ninguna llegó a una
conclusión convincente o algo satisfactoria como ya dije, aunque algunos
crearon hipótesis que de tan descabelladas prefirieron, reservárselas o
compartirlas solo con sus mas allegados.
Creo
también que nada más hubiera ocurrido, si no resaltar por su extraordinaria
diferencia, de no ser por que luego de una corta temporada de sucesos
extraordinarios que poca o ninguna explicación con lógica podrían tener, además
de la atribuida a la suerte, uno en particular se ligó directamente con la
pieza, mismo que relataré con tanto detalle como mi incrédula y agobiada mente
me lo conceda.
El
hecho como se puede ahora narrar en el orden normal que debió acontecer y no
como la investigación fue llevando los pasos hasta los cristales de la
exposición, aclaro que no dejan de ser suposiciones y que en nuestro afán de
tratar de encontrar respuesta a todas las interrogantes jalamos la madeja de los acontecimientos hasta que
como al gato, nos mata la curiosidad o resolvemos la interrogante.
Así
un buen día un grupo de scouts provenientes de la cuidad de México decidieron
dar un paseo de reconocimiento por la antiquísima cuidad de Teotihuacán ubicada
a no mas de 50 kilómetros al noreste de la capital del otrora poderoso imperio
Azteca, mismo territorio que ahora ocupa la capital mexicana, y luego de subir
a la pirámide de la luna y escuchar con atención la explicación del guía sobre esta
y la colosal pirámide del sol además de la apasionante historia de los guerreros que crearon los
astros en un génesis paralelo al ya conocido, y luego de almorzar fueron a dar
a la exposición de piezas ahí recuperadas.
Nada
notable ocurrió ese día, solo en un hecho muy particular Gabriel uno de los chicos expedicionarios justo cuando
miraba la estatuilla en cuestión su brillo y magnificencia le motivó
pensamientos agradables, entonces con ello recordó que deseaba mucho regresar y
encontrarse con Mariela, la chica de tercer grado que a diario miraba al salir
del colegio pero que no se atrevía a abordar, pues a los dieciséis años pocos
recursos románticos posee un adolecente cargado de hormonas. Entonces se limitó
a cerrar los ojos y con gran ilusión repetirse en la mente “Mariela ojala
supieras cuanto te adoro y pudieras tu sentir lo mismo a partir de este instante”.
La
excursión terminó al día siguiente luego de que el grupo, con los debidos permisos
y precauciones, pernoctara en las inmediaciones de la zona turística,
regresando al caer la tarde a la cuidad y ya en el punto de reunión despedirse uno
a uno normalmente al ser recogidos por sus familiares.
Cuando
Gabriel abordó el auto de sus padres, noto de inmediato la inquietud de su mama
quién previamente había convenido con su esposo ser ella la que manejara la
situación y expusiera el tema a su hijo, y con todos los nervios del mundo
temiendo cosas que a todos los padres les preocupan, le lanzo luego de un
cortísimo y frio saludo a su hijo:
Gabriel,
hijo. Dime la verdad, ¿tu que tienes que ver con Mariela Martínez?, pero me vas
a decir la verdad por que desde ayer por la tarde no ha dejado de buscarte en la casa y al no encontrarte pedir, no, rogar
que le diéramos tu numero de celular, cosa que de ninguna manera hicimos ni
dejamos a tu hermana hiciera, no se si ya te localizó y ya estas enterado de
esto, pero por favor quiero que me digas
todo sin ocultarme nada, por que había algo en su tono de voz y su insistencia que
me tiene alarmada y casi no me dejó dormir anoche. Y dicho esto se estacionaron
unas cuadras adelante volviéndose padre y madre a escuchar al emocionado y
confundido gabo que no sabía si sonreír o asustarse con tales miradas y
cuestionamientos.
Y
no hay mas conclusión que a la que ustedes pueden llegar por si mismos una vez
dicho lo anterior, tal vez sea poco este simple ejemplo y carezca de
contundencia o pueda solo ser tonta interpretación a juveniles pasiones, sin
embargo cuando los fondos de la lotería fueron vaciados, de manera constante e
inusual, primero por este guía de scouts que les narra y escuchó la
historia poco común de viva voz del buen Gabriel quien por cierto, desde
entonces camina tomado de la manita de Mariela, ahora ya ambos en preparatoria siendo
una encantadora pareja que se muestra tal cariño y comprensión poco común en
jóvenes de su edad.
Así
al recordar esto en mi siguiente excursión, y estar frente a la llevada y
traída misteriosa estatuilla, tuve el enorme deseo que esto fuera verdad y pedí
con todo el corazón ganar el premio de la lotería y poder costear la operación
que mi madre por complicaciones con la diabetes necesitaba.
Ocurrió
de nuevo el prodigio sin mayor lógica y mucha pero mucha suerte, pues le pegué
al premio gordo que en esa semana tenía acumulados varios millones de pesos,
que ya sin impuestos me permitieron sacar a mi madre de su dolorosa postración
y de la lista de espera de los servicios de salud gubernamentales, sufragar los
gastos de una cirugía que a decir de los médicos era ya impostergable y se
había realizado en el tiempo límite.
Debo
confesar que no pude contener la emoción y lo conté de manera secreta a un
amigo del trabajo, y pues con los resultados obtenidos poco se podía dudar y si
no, nada se perdía en el intento.
Como
a las tres o cuatro semanas llegó este
mismo hasta mi casa con grande enojo pues había ido hasta allá a buscar al dios
milagroso pero por más que había pedido ganar la lotería para salirse de
trabajar, no había podido ganar en
varios intentos ni siquiera el reintegro del billete, reclamándome por haberle
tomado el pelo y que esa no era la forma de burlarse de un buen amigo.
Al
calor de la conversación a media calle alguien mas sacó en conclusión que no
eran cosas egoístas las que se le podían pedir al dios antiguo, si no cosas
llenas de verdad en el corazón y allá fueron una procesión de vecinos a
intentar de nuevo solicitar cosas para enfermos y necesitados.
No
pasó mucho para que la noticia de la “santidad” de la estatuilla se conociera
de manera exponencial, luego de los tumultos y hasta la rotura de los cristales
en el afán de los fervientes adoradores paganos por recibir los favores del
milagroso dios antiguo, se decidió retirarlo de toda exposición, de todo
registro y hacer de esta, una historia sensacionalista que plagó los periódicos
de los días, descreditando toda aseveración de los favorecidos, luego de fabricar
historias fraudulentas que confundieran a la opinión pública, así cayó en
desmérito cualquier opinión favorable o intento de autenticar los prodigios.
Desde
entonces permanece en el fondo de una bodega de la que se desconoce su
ubicación, en un cofre bajo candado fuera de la vista de todos, yacen sin uso y
olvidados los maravillosos dones del hacedor de sueños, venido de no se sabe
donde y encontrado sin querer una cálida mañana de mayo.
Bibián Reyes
Tulancingo Hidalgo Mayo
del 15.